Índice. Año 3, núm. 5, enero-junio 2023
ISSN: 2789-567X
e- ISSN: 27903435
Fecha de recepción: 18 de febrero de 2023
Fecha de aceptación: 20 de mayo de 2023
Artículo original arbitrado por pares ciegos
En este texto se presentan los resultados de una investigación para la que se han tejido significados de interculturalidad en el caminar de la educación superior intercultural. Se trata de un estudio cualitativo sustentado en un abordaje fenomenológico mediante talleres de construcción colectiva con la participación de estudiantes, docentes y personal administrativo de la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense (URACCAN), Recinto Universitario Bluefields. Los principales resultados muestran las definiciones contextualizadas de las categorías de análisis de interculturalidad y educación intercultural que vive y siente la comunidad universitaria. Asimismo, se posiciona la interculturalidad como un proceso de reivindicación de los pueblos desde las dimensiones políticas y culturales que conllevan al Buen Vivir. Además, el caminar de la educación intercultural se centra en la construcción de los tejidos curriculares inspirados en los sueños y anhelos de los pueblos, reflejando competencias, actitudes y valores para atender a la diversidad cultural. Se concluye que es necesario que los estudiantes, docentes y administrativos de las instituciones universitarias configuren epistemologías de la interculturalidad para avanzar en la construcción de sociedades más justas, inclusivas y equitativas.
Palabras claves: pedagogía, competencia, educación intercultural, diversidad cultural.
In this research, meanings of interculturality have been woven into the path of intercultural higher education. This is a qualitative study based on a phenomenological approach where collective construction workshops were established with the participation of students, teachers, and administrative staff of the University of the Autonomous Regions of the Nicaraguan Caribbean Coast (URACCAN) – Bluefields University Campus. The main results show the contextualized definitions of the analysis categories of interculturality and intercultural education that the university community lives and feels, likewise, interculturality is positioned as a process of vindication of people from the political and cultural dimensions that lead to the good living. Furthermore, the path of intercultural education focuses on the construction of curricular tissues inspired by the dreams and desires of the people that reflect competencies, attitudes, and values to address cultural diversity. It is concluded that it is necessary for students, teachers, and administrative staff of university institutions to configure epistemologies of interculturality to advance in the construction of more just, inclusive, and equitable societies.
Keywords: pedagogy, competence, intercultural education, cultural diversity.
La educación superior nicaragüense avanza con un modelo educativo centrado en las personas, familias y comunidades. Además, promueve una educación universitaria inclusiva, intercultural, innovadora, creativa y flexible con el objetivo de fortalecer el pensamiento creativo y propositivo de los estudiantes para aprender a ser personas y no capital humano (CNU, 2022). Es necesario tejer significados de interculturalidad en el caminar de la educación superior. La interculturalidad es un proceso de constante interrelación entre los pueblos y culturas que evolucionan de manera firme, teniendo como base la construcción de confianza con la intención de establecer diálogos horizontales reconociendo las diferencias de los demás con el objetivo de crear sociedades más justas (Rossmann, 2019).
En la literatura existen estudios que armonizan la concepción de interculturalidad. Elboj-Saso et al. (2017) la refiere como relaciones e interacciones que se dan y se establecen entre las personas de diferentes culturas. Por su parte, Palechor-Arévalo (2020) la entiende como el verdadero diálogo entre las culturas en un ámbito de igualdad de condiciones, donde ninguna se sienta presionada o lesionada por otra y, por el contrario, permita la verdadera convivencia. Como afirma Garrote-Rojas et al. (2018), la interculturalidad es una forma de pensar que se refiere al contacto y a la comunicación entre culturas de una forma respetuosa, sin que una cultura se superponga a la otra, creando relaciones basadas en la integración con un buen clima de convivencia y armonía.
La interculturalidad comprende el desarrollo de procesos de toma de decisiones y práctica de la equidad, el respeto, la comprensión, la aceptación mutua y la creación de sinergias para el establecimiento de sociedades inclusivas, no discriminatorias y libres de racismo (Hooker, 2017). Implica una voluntad, una dirección hacia donde se quiere orientar las relaciones entre las culturas, siendo esta dirección la coexistencia y la convivencia (Beltrán, 2002). Además, son relaciones de armonía entre las culturas, una relación de intercambio positivo y convivencia social entre actores culturalmente diferenciados (Martínez-Montávez, 2005, p. 4). En definitiva, la interculturalidad es una filosofía de vida que se manifiesta en diferentes escenarios en los que convive el ser humano mediante la interacción, intercambio y diálogo, favoreciendo en todo momento la integración, la convivencia social, el respeto a la diversidad cultural y el enriquecimiento justo para el crecimiento colectivo de los pueblos.
Surge la necesidad de plantear que la educación intercultural se armoniza a partir de los beneficios tanto de la educación transcultural como multicultural (Portera, 2010). La educación transcultural se refiere a la educación sobre las humanidades comunes, los derechos humanos, la ética y las necesidades humanas, mientras que la educación multicultural trata de reconocer y respetar a otras personas y culturas. Además, la educación intercultural ofrece la oportunidad de interactuar con un intercambio directo de ideas, principios y comportamientos. La educación intercultural es esencial en el sistema educativo porque significa una educación para los derechos humanos (Gómez-Parra et al., 2021).
Un desafío en la educación intercultural es el diseño de currículos integrales y pertinentes para la diversidad cultural de los pueblos. Además, el desarrollo curricular juega un papel crucial en la implementación del cambio a nivel de la práctica en el aula y el aprendizaje de los estudiantes (Nijhuis et al., 2012). Es por ello que la competencia intercultural debería ser un objetivo en los currículos educativos (Gómez-Parra et al., 2021), porque se centran en el aprendizaje de los estudiantes con conexiones a las interacciones culturales, sociales y las formas de saber, saber hacer y ser en las diferentes disciplinas con la participación efectiva de los docentes que se involucran en el proceso (Cuevas Álvarez, et al., 2021).
La competencia intercultural es la capacidad de una persona para interactuar de manera apropiada y efectiva con otros que poseen diferentes orientaciones cognitivas, afectivas y conductuales hacia el mundo de situaciones interculturales (Deardorff, 2006). De igual manera, es necesaria para las relaciones interculturales con la edad, el género y la etnia (Andrews et al., 2010). Se puede afirmar que la competencia intercultural es el conjunto de actitudes, valores, creencias y comportamientos compartidos por un grupo de personas, pero diferentes para cada individuo, comunicados de una generación a la siguiente (Matsumoto y Juang, 2016). En concreto, diferentes culturas comparten elementos comunes como la construcción de relaciones, la escucha, la autoconciencia, el respeto, la toma de perspectiva, la adaptación y la humildad (Arasaratnam-Smith y Deardorff, 2022). La competencia intercultural presupone una ampliación de la personalidad social del estudiantado que puede desarrollar una capacidad de adaptarse y desenvolverse con éxito en distintas situaciones culturales diferenciadas (Sánchez-Alarcos, 2020). Finalmente, la pedagogía y la didáctica tienen un abordaje desde la diversidad y la inclusión donde se implementan prácticas interculturales necesarias para crear una cultura en el aula donde todos los estudiantes, independientemente del origen cultural de su pueblo y lengua, tengan la mejor oportunidad de aprender (Richars et al., 2007).
De acuerdo con lo anterior, el propósito de esta investigación es tejer significados de interculturalidad en el caminar de la educación superior intercultural con la participación efectiva de estudiantes, docentes y personal administrativo. Se implementó la metodología taller como una estrategia de construcción colectiva y reflexiva de significados propios y compartidos (Ghiso, 1999). El análisis de los datos se realizó a partir de una reflexión de contenido de Voynnet (2012) mediante la aplicación de una codificación de unidades de significados de los textos y establecimiento de categorías previas de estudios precedentes de Walsh (2010); Elboj-Saso et al. (2017); Hooker (2017); Garrote-Rojas et al. (2018); PalechorArévalo (2020); Rossmann, (2019); Portera, (2010); Deardorff (2006); Nijhuis et al. (2012); Freire (2004) y Leiva (2010).
Materiales y métodos
El punto de partida de la investigación es que la interculturalidad es una concepción polisémica con énfasis en la política, cultura y Buen vivir, inscrita en los esfuerzos integrales de construir las concepciones de identidad y cultura para confrontar la discriminación, el racismo y la exclusión (Walsh, 2010). El objetivo de esta investigación se sintetiza en tejer significados de interculturalidad en el caminar de la educación superior intercultural a partir de las interacciones y participación efectivas de estudiantes, docentes y personal administrativo durante el periodo académico 2022. Por tal razón, surgen las preguntas directrices siguientes: (1) ¿Qué comprendemos por interculturalidad? (2) ¿Qué entendemos por educación intercultural?
Método
Se trata de una investigación cualitativa con un abordaje fenomenológico (Creswell, 2013) porque se pretende descubrir y comprender los eventos desde el punto de vista de cada participante y la construcción colectiva. Es decir, a partir de la experiencia de vida de estudiantes, docentes y personal administrativo de la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense (URACCAN) -Recinto Universitario Bluefields- en relación con la interculturalidad y su práctica en el ámbito educativo.
Participantes y enfoque ético
Para la recolección de la información se realizaron tres talleres grupales de construcción colectiva con estudiantes, docentes y personal administrativo. Estos grupos apuntaban a generar un espacio de diálogo inter epistémico, con el propósito de conocer el sentir, pensar y el vivir de sus experiencias sobre la interculturalidad y su práctica educativa.
Talleres grupales | Mujer | Hombre | Total |
---|---|---|---|
Total | 31 | 22 | 53 |
Estudiantes | 6 | 6 | 12 |
Docentes | 10 | 9 | 19 |
Administrativos | 15 | 7 | 22 |
Los criterios de inclusión se realizaron a través del cumplimiento de los siguientes aspectos: (a) estudiantes, docentes y personal administrativo del Recinto Universitario Bluefields; (b) interés en participar en el estudio. Los talleres grupales se desarrollaron con autorización a través del consentimiento previo, libre e informado de los estudiantes, docentes, personal administrativo y de las autoridades universitarias.
Procedimiento de análisis de datos
Los datos recopilados a partir de los talleres grupales (estudiantes, docentes y personal administrativo) fueron transcritos integralmente y sometidos a un análisis de contenido mediante codificación de unidades de significados de los textos (Blais y Martineau, 2006). Se inició el proceso de codificación de categorías previas en estudios precedentes por Walsh (2010), ElbojSaso et al. (2017); Hooker (2017); Garrote-Rojas et al. (2018); PalechorArévalo (2020); Rossmann, (2021); Portera, (2010); Deardorff (2006); Nijhuis et al. (2012); Freire (2004); y Leiva (2010): interculturalidad y educación intercultural.
Resultados y discusión
Esta investigación se centró en tejer significados de interculturalidad en el caminar de la educación superior intercultural con estudiantes, docentes y personal administrativo. Con el fin de demostrar los hallazgos se desarrolló el proceso de categorización (categorías y subcategorías) derivadas de los datos cualitativos. Asimismo, para comprender los significados de las categorías se utilizaron las estrategias de interpretación directa y categórica. A partir de lo anterior, surgen las categorías centrales: interculturalidad y educación intercultural. En la Tabla 2 se muestran las categorías y subcategorías correspondientes, resignificadas en el proceso de investigación.
Intercultiralidad
La noción de interculturalidad tiene una concepción polisémica con énfasis en la política, cultura y Buen vivir. Es un proceso político y reivindicación de los pueblos desde una visión integral y formativa de la pluralidad en la diversidad cultural (Figueroa-Serrano, 2018). Asimismo, es un camino de re-existencia que nos permite el reconocimiento de nuestro ser (Comunicación personal con estudiantes, 17 noviembre de 2022), para la búsqueda de relaciones de justicia, equidad, igualdad y respeto (Comunicación personal con docentes, 19 noviembre de 2022). Desde esta perspectiva, la interculturalidad es un principio ideológico e inter epistémico dirigido a posicionar los conocimientos, saberes y prácticas de los pueblos (Walsh, 2007) mediante el reconocimiento de las diversidades cognitivas, culturales y de género que facilitan la equidad epistémica para una convivencia armónica y recíproca, asegurando la igualdad de oportunidades entre todas y todos (Comunicación personal con administrativos, 18 de noviembre de 2022). La interculturalidad es una apuesta política, que consolida la sustentabilidad de los conocimientos, saberes y prácticas a través de la convivencia y el diálogo entre personas, familias y comunidades culturalmente diversas.
Categoría | Subcategoría |
---|---|
Intercultiralidad |
|
Educación Intercultural |
|
También, la interculturalidad se entiende como una reflexión profunda en torno a las oportunidades que ofrece la diversidad cultural como elemento de intercambio fructífero de valores y actitudes, rompe prejuicios y construye lazos de confianza entre los grupos que conviven en los espacios académicos (Leiva, 2010). Específicamente, “[...] la interculturalidad es un proceso inclusivo de convivencia y unión entre varias culturas a través de la promoción de valores y cosmovisiones de cada pueblo” (Comunicación personal con estudiantes, 17 de noviembre de 2022). Esta apreciación se inscribe en los esfuerzos integrales de construir las concepciones de identidad y cultura para confrontar la discriminación, el racismo y la exclusión (Walsh, 2010) y establecer “[…] principios esenciales para mejorar las relaciones armoniosas y diálogo entre las comunidades mediante el respeto, la tolerancia, humanismo, y empatía” (Comunicación personal con docentes, 19 noviembre de 2022). En definitiva, la interculturalidad apunta a un posicionamiento de valores y principios que se construyen con el respeto y la convivencia entre culturas a través de relaciones equitativas e interaprendizajes de enriquecimiento mutuo.
El camino de la interculturalidad se va tejiendo mediante la construcción del diálogo de saberes, la equidad epistémica y el intercambio entre los pueblos para un buen vivir (Comunicación personal con administrativos, 18 de noviembre de 2022). Esta conexión entre interculturalidad y buen vivir se evidencia en las prácticas relacionales entre los pueblos que conllevan a fortalecer sus identidades, culturas y sistemas de vida en armonía con sus creencias, cosmovisiones del mundo y espiritualidad (Comunicación personal con docentes, 19 noviembre de 2022). El Buen vivir es una filosofía de vida de los pueblos que busca la armonía entre lo espiritual y lo material en equilibrio con la Madre Tierra (URACCAN, 2015), propiciando elementos claves de la interculturalidad como la convivencia y el diálogo a través del respeto, solidaridad, ética, humanismo y hermandad entre las comunidades (Comunicación personal con estudiantes, 17 noviembre de 2022). En concreto, la interculturalidad es el camino hacia el buen vivir de los pueblos mediante la práctica de la equidad epistémica, el respeto, la comprensión, la aceptación mutua y el diálogo de saberes en igualdad de condiciones para la construcción de sociedades inclusivas, no discriminatorias y libres de racismos.
Educación Intercultural
La educación intercultural se basa en la apertura de los espacios académicos a las experiencias culturales distintas (Molina, 2000). Además, radica en el respeto de las diversidades cognitivas, habilidades, destrezas y la diversidad cultural entre diferentes pueblos (Comunicación personal con docentes, 19 noviembre de 2022). Es un proceso pedagógico que tiene como desafío identificar puntos de encuentros que permitan la realización práctica (Leiva, 2010) de las interacciones socioculturales y cosmovisiones de las comunidades con énfasis en la convivencia, promoción de valores, actitudes, emociones y creencias interculturales (Comunicación personal con administrativos, 18 noviembre de 2022).
De igual manera, la educación intercultural se considera como un proceso de intercambio enriquecedor de conocimientos entre distintas culturas (Gorski, 2008) que contribuye a la creación y recreación de interaprendizaje desde los saberes de las personas, amilias y comunidades (Comunicación personal con estudiantes, 17 noviembre de 2022). Su caminar se centra en que la comunidad es el ecosistema del conocimiento donde se cultivan las sabidurías y se socializan en los espacios académicos.
En la educación intercultural el currículo es la expresión y la concreción del plano cultural que las instituciones educativas hacen realidad en unas determinadas condiciones. Es decir, es el instrumento que contribuye al diálogo y comunicación (Jové, 1998) mediante la integración de epistemología de la diversidad cultural que facilita la armonía y convivencia entre los estudiantes culturalmente diversos (Taller con docentes, Bluefields, 19 noviembre de 2022), para construir interaprendizajes y prácticas educativas sustentadas en el modelo educativo (Gamino-Carranza y Acosta-González, 2016).
El currículo está inspirado en los sueños y anhelos de los pueblos, reflejados en la cosmovisión de su práctica cultural y su propia identidad (Comunicación personal con administrativos, 18 noviembre de 2022), para ayudar a recrear saberes, valores, creencias, modos de enseñanza y procesos de interaprendizaje en el contexto educativo (Pérez-Ruiz, 2018), consolidándose en una educación intercultural, inclusiva y participativa que conlleve al fortalecimiento de las personas, familias y comunidades (Comunicación personal con estudiantes, 17 noviembre de 2022). El currículo intercultural es un tejido de acciones educativas, conocimientos, saberes, sentires, vivencias, cosmovisiones y actitudes humanistas para el fortalecimiento de los planes de vidas de los pueblos.
Desde esta perspectiva juega un papel importante la competencia intercultural, siendo esta la capacidad de comunicarse efectiva y apropiadamente en situaciones interculturales, basándose en el conocimiento, las habilidades y las actitudes propias (Deardorff, 2004) en que el diálogo y las interrelaciones son elementos intrínsecos que facilitan el establecimiento de confianza para compartir creencias y experiencias socioculturales con empatía, respeto y solidaridad (Comunicación personal con docentes, 19 noviembre de 2022). Por ello, la apertura, el respeto, la curiosidad y el descubrimiento son fundamentales para adquirir la competencia intercultural (Dalib et al., 2016). Además, la convivencia armónica y recíproca con igualdad de condiciones conlleva a construir conocimientos, saberes y prácticas para la sustentabilidad de las sabidurías de los pueblos (Comunicación personal con administrativos, 18 noviembre de 2022).
En la competencia intercultural la autoconciencia, la empatía y los valores (Deardorff, 2006) son fundamentales para comprender la identidad y la visión de la diversidad cultural (Comunicación personal con estudiantes, 17 noviembre de 2022). Por lo tanto, consiste en entretejer conocimientos, habilidades, actitudes y valores para potenciar los sueños y anhelos de los pueblos en armonía y equidad epistémica con la Madre Tierra.
Por consiguiente, surge la necesidad de crear y recrear una pedagogía y didáctica intercultural centrada en las relaciones de comunicación con equidad epistémica en el aula de clases (Comunicación personal con estudiantes, 17 de noviembre de 2022), que contribuya a la configuración de ambientes afectivos e inclusivos (Flores-López, 2019), en que los estudiantes y docentes intercambian sus expresiones lingüísticas y vivencias socioculturales, encaminadas a la aceptación de sus propias formas de ver al mundo (Comunicación personal con docentes, 19 noviembre de 2022). Esto se concreta en una pedagogía y didáctica desde el diálogo intercultural para potenciar la transformación social en los espacios académicos (Freire, 2004) que se materializa en estrategias metodológicas empleadas para trasmitir respeto, solidaridad y empatía por la diversidad cultural (Comunicación personal con administrativos, 18 noviembre de 2022).
En resumen, la pedagogía y didáctica intercultural es el proceso de compartir saberes, sentires y haceres de orma holística entre estudiantes y profesores, con el propósito de cultivar interaprendizaje desde el diálogo interepistémico para construir sociedades más justas, solidarias e inclusivas.
Es importante mencionar que la diversidad cultural en los estudiantes constituye un elemento significativo para el establecimiento de procesos de reflexión pedagógica y de incorporación de nuevas prácticas educativas en el quehacer cotidiano del docente (Leiva, 2010); por ejemplo, la convivencia con los distintos pueblos (indígenas, afrodescendientes y mestizo) facilita la comprensión de los contenidos curriculares y se avanza en soluciones co-creadas con las comunidades (Comunicación personal con docentes, 19 noviembre de 2022). Desde esta visión, las prácticas se pueden construir a partir de la convivencia de los estudiantes (González-Lara, 2014; AguileraMartínez et al., 2015; y Ríos, 2018) en espacios socioculturales diversos que promueven diálogo, respeto, empatía y solidaridad (Comunicación personal con administrativos, 18 noviembre de 2022).
Los estudiantes aprenden y se desarrollan a través de actividades organizadas con situaciones reales de la comunidad (Verjee, 2010) para fortalecer la identidad y auto reconocer sus lazos culturales (Comunicación personal con estudiantes, 17 noviembre de 2022). En suma, una práctica intercultural es el ejercicio efectivo del diálogo interepistémico de saberes que nace de los interaprendizajes personales, familiares y comunitarios para analizar y resolver situaciones de la vida cotidiana que conlleva al cultivo y crianza de sabidurías y conocimientos de los pueblos.
En esta investigación sobre los significados de interculturalidad en el caminar de la educación superior intercultural con la participación efectiva de estudiantes, docentes y personal administrativo, los hallazgos muestran que la noción de interculturalidad se teje desde una visión política, cultural y del Buen vivir, que asegura la sustentabilidad de los conocimientos, saberes y prácticas de las personas, familias y comunidades a través del interaprendizaje, la práctica de la equidad epistémica, el respeto, la aceptación mutua, la convivencia y el diálogo en igualdad de condiciones.
Esto permite la construcción de sociedades inclusivas, no discriminatorias y libres de racismo, en el sentido que la interculturalidad es un proceso político y de reivindicación de los pueblos desde una visión integral y formativa de la pluralidad en la diversidad cultural que se inscriben en los esfuerzos integrales de construir las concepciones de identidad y cultura para confrontar la discriminación y la exclusión social.
La educación intercultural radica en el respeto de las diversidades cognitivas, habilidades y destrezas, así como en las interacciones socioculturales y cosmovisiones de las comunidades con énfasis en la convivencia, promoción de valores, actitudes, emociones y creencias interculturales que contribuyen a la creación y recreación de interaprendizaje desde los saberes de las personas, familias y comunidades. Por consiguiente, la educación intercultural es importante para Nicaragua porque significa una educación basada en los principios de autonomía, interculturalidad, solidaridad, pertinencia, calidad, equidad, así como, valores morales y cívicos de la cultura regional y nacional.
En este escenario, es importante construir currículos interculturales inspirados en los sueños y anhelos de los pueblos que reflejen la cosmovisión de su práctica cultural y de su propia identidad, integrando, en este sentido, un enfoque epistemológico de la diversidad cultural a través de la armonía y convivencia entre las personas, familias y comunidades, en aras de asegurar el éxito de la educación intercultural y las interacciones sociales e intercambios de los pueblos.
También, se necesita de la competencia intercultural que se fundamenta del diálogo y las interrelaciones sociales, siendo elementos intrínsecos que facilitan el establecimiento de lazos de confianza para compartir creencias y experiencias socioculturales con empatía, respeto y solidaridad, así como la convivencia armónica y recíproca con igualdad de condiciones, que conlleva a construir conocimientos, saberes y prácticas para la sustentabilidad de las sabidurías de los pueblos.
Es importante que los docentes configuren una pedagogía y didáctica intercultural a partir de las relaciones de comunicación con equidad epistémica en el aula de clases donde los estudiantes y docentes intercambian sus expresiones lingüísticas y vivencias socioculturales, encaminadas a la aceptación de sus propias formas de ver al mundo, materializándose en estrategias metodológicas empleadas para transmitir respeto, solidaridad y empatía por la diversidad cultural; esto contribuirá a la transformación social de los espacios académicos.
Es necesario que los estudiantes se integren en ambientes afectivos e inclusivos a partir de la vivencia de prácticas interculturales con los distintos pueblos, facilitando la comprensión de los contenidos curriculares y así avanzar en soluciones co-creadas con las comunidades para fortalecer la identidad y auto reconocer sus lazos culturales.
Se concluye que es responsabilidad de las instituciones de educación superior seguir profundizando en la interculturalidad para construir tejidos curriculares que respondan a los sueños y anhelos de la sociedad nicaragüense, entendiéndose que Nicaragua es un país multicultural y plurilingüe que avanza en la educación superior inclusiva, intercultural, de calidad y pertinente al servicio del pueblo y las comunidades a partir de procesos flexibles, diversos, colaborativos, responsables, participativos, equitativos y accesibles.
Además, es necesario que los estudiantes, docentes y personal administrativo de las instituciones universitarias configuren epistemologías de la interculturalidad para avanzar hacia sociedades más justas, inclusivas y equitativas.
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